- Bolivia se muestra optimista porque el porcentaje de embarazos en adolescentes que, en 2015 se ha registrado más de 82.416 casos, cantidad de embarazos precoces que en 2023 bajó a 32.660, 50.000 adolescentes gestantes menos, sin embargo, el tema de embarazos en adolescentes aún es un tema que preocupa por sus múltiples consecuencias que van desde lo psicológico, económico, educativo, pobreza, además de bebés prematuros. Creo que este es uno de los desafíos que enfrentan las familias y la misma educación, no sólo en Bolivia sino en toda la América Latina y el Caribe.
El embarazo adolescente, embarazo precoz, embarazo no planificado, embarazo no deseado, como se lo denomina, según la Organización Mundial de la Salud OMS, se produce cuando ni el cuerpo ni la mente están preparados para ello.
La niña, el niño, se encuentran entre la adolescencia inicial o pubertad, lo que significa que es el inicio de la edad fértil que deviene el final de la adolescencia a los 19 años, pero el tema de mayor riesgo es, cuando los embarazos en adolescentes es producto de la violencia física, psicológica y económica, y el riesgo de morir se duplica cuando, en muchos casos, la niña se embaraza a los 15 años.
Educación sexual un terreno movedizo
- Abordar un tema por demás delicado y complicado, como es la educación sexual, en especial para los padres de familia y el sistema educativo, es ingresar a un terreno movedizo, pero este asunto es aún más espinoso de afrontar en este tiempo de la Internet y las Redes Sociales RR.SS., que conducen a la sociedad hacia un mundo erotizado; razón que muchos adolescentes ya están colmados, algunos hasta la saciedad, de conocimientos sobre el sexo, a través de visitas a la Internet, TvCable, en el que no existe control del adulto.
Fondo Negro, ha buscado conversar sobre este quisquilloso tema con algunos adolescentes de ambos sexos, de colegios privados y públicos; la respuesta fue una risita socarrona e irónica, muy distinto a los adolescentes del siglo pasado, para quienes el sexo fue un mito, que cuando se tocaba este tema se sonrojaban y preferían alejarse o esconderse, en especial las mujeres. Los adolescentes de este tiempo prefieren el silencio y muestran una conducta autosuficiente sobre el tema.
Sin embargo, con los padres de familia y profesores fue muy diferente, ellos han mostrado su total predisposición a hablar sobre la sexualidad y los hijos, aunque reconocen que tienen temor de sentarse con la hija o el hijo adolescente para tocar el tema de la sexualidad. Y los maestros entrevistados aseguran que no existe una estrategia educativa para abordar este tema.
- –Tengo una hija que está en el 5to curso, cuando quise conversar sobre este tema, ella se rio y me dijo, 0h, mamá ya sé cuidarme, no te preocupes. Me dejó sin palabras-, comenta una mamá que prefiere guardar en reserva su nombre.
- –El sexo es algo natural, está en el ser humano, es como comer, tomar agua. Hablamos abiertamente con mi hijo que este año sale bachiller, y siempre le recomiendo que tenga cuidado y utilice preservativo para no embarazar a una mujer, sé que en algún momento va a tener relaciones sexuales-, es la versión de un papá.
- –Yo ya soy abuela, mi hija ha tenido su wawita a los 16 años, se ha embarazado cuando estaba en 4to curso, ahora ya es bachiller ha salido de un CEMA, el chico tenía 17 años y no ha querido responsabilizarse, su papá y yo nos hemos hecho cargo, mi hija ya está por egresar de la universidad, mi nietito tiene unos 6 años-, cuenta doña Julia que prefirió no revelar su apellido.
En el caso de la adolescente de 16 años, los padres, ambos comerciantes, quienes nunca salieron bachilleres. La madre dejó de estudiar cuando terminó la primaria y el padre apenas llegó hasta el tercer curso de secundaria, limitaciones educativas que les impidió orientar a su hija sobre el tema del embarazo, pero supieron comprender, proteger y cuidar a la hija adolescente embarazada.
Consecuencias, razones y cifras del embarazo adolescente
- Según Plan Internacional PI, entre los factores asociados a la maternidad precoz se encuentran las características del hogar de la adolescente: el ingreso económico, niveles de educación, condición de pobreza del hogar, acceso a una educación sexual integral, y la garantía del ejercicio de sus derechos.
Las niñas embarazadas, según PI, a edad temprana corren mayores riesgos de padecer mortalidad y morbilidad materna, ser más vulnerables a partos frecuentes, y los bebés que nacen de madres adolescentes tienen más probabilidades de morir al nacer, prematuros o con bajo peso.
Se estima que, 16 millones de niñas de edades comprendidas entre los 15 y los 19 años dan a luz cada año, y un 95% de esos nacimientos se producen en países en desarrollo. Las niñas de entre 10 y 14 años tienen cinco veces más probabilidades de morir durante el embarazo y el parto, así como las niñas de 15 y 19 años, y la tasa de mortalidad de sus neonatos es aproximadamente un 50% superior, además según investigaciones, cada año alrededor de 3 millones de niñas de 15 a 19 años se someten a abortos peligrosos.
América Latina y el Caribe es la región con mayor fecundidad adolescente en el mundo después del África subsahariana. Una tercera parte de los embarazos corresponden a menores de 18 años, siendo casi un 20% de estas menores de 15 años.
Bolivia y los embarazos en adolescentes
- El último informe del Sistema Nacional de Información en Salud SNIS del Ministerio de Salud en Bolivia, los indicadores de embarazos en adolescentes comprendidos entre los 10 a 19 años disminuyeron en los últimos nueve años, es decir, que en la gestión 2015 se registraron 82.416 embarazos y en el año 2023 la cifra llegó a 32.660 gestaciones.
“De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud, la adolescencia temprana se considera de 10 a 14 años y la tardía de 15 a 19 años, por ello se manejan datos comprendidos en estas edades. En ese sentido es importante informar que sea disminuido el número de embarazo adolescente de 82.416 a 32.660 en nueve años”, dice Alexia Paredes, técnico de la Unidad de Redes de Servicios de Salud y Calidad.
Agrega que: en 2015 se registraron 82.416 embarazos en adolescentes de 10 a 19 años; en 2016 la cifra fue 68.916, en 2017 se reportaron 60.850, en 2018 fue 56.910, en 2019 fue 49.044, en 2020 bajó a 39.999, datos casi similares fue en 2021 con 39.747 embarazos, en 2022 el número descendió a 35.470 y, finalmente, en 2023 las gestaciones fueron 32.660.
La cartera de Estado realiza el seguimiento al índice de embarazo adolescente desagregado hasta el nivel municipal registrándose una disminución de 18.07% en 2018 a 14.28% hasta el pasado año 2023.
“Esta disminución se debe a distintos factores como la orientación en salud sexual y reproductiva porque mientras más información posean más se demoran en iniciar su vida sexual, uso de métodos anticonceptivos modernos, los cuales, son gratuitos en los centros de salud ya que están cubiertos por el Sistema Único de Salud SUS y el proyecto de vida que se traza cada adolescente, entre otros”, asegura Paredes.
La educación, herramienta de prevención del embarazo/ Revista Científica de Salud BIOSANA
- Si la educación es considerada como el camino más eficiente para la prevención del embarazo en la adolescencia, significa que la gran responsabilidad está en manos del Ministerio de Educación y los profesores, mucho más, si la familia no posee el nivel educativo suficiente para abordar este tema, porque el adolescente se encuentra en formación y construcción de valores positivos, que le permitan comprender la importancia de la salud sexual y reproductiva.
Un embarazo a temprana edad, significa para el papá y la mamá un problema serio y para la niña, un riesgo para su salud y del bebé que ya se encuentra en gestación desde el inicio de la concepción, y si los padres no entienden que el embarazo no deseado, es también culpa de ellos, hasta es posible que no haya una atención prenatal, entonces el riesgo es mayor.
Una maestra de un colegio de señoritas, quien prefiere guardar su nombre en reserva, dice: “En el colegio donde trabajo, no se toma en cuenta este tema, las chicas no reciben ninguna educación sexual y reproductiva, y si algún profesor lo hace, es de manera superficial”.
Otra maestra habla sobre varios casos de embarazos en las alumnas, quienes han tenido que abandonar la escuela, como es el caso de una niña de segundo curso, “ella lloraba y lloraba en clases, pero no decía por qué, ni sus papás sabían la causa, la directora mostraba una actitud reacia, decía simplemente debe ser por problemas en su casa, al final nos hemos enterado que estaba embarazada, yo personalmente me he sentido culpable”, señala.
Un tercer maestro con quien Fondo Negro conversa, asevera que, en Oruro, la educación “únicamente le da importancia a los aniversarios, a los desfiles, y no toma con seriedad y el proceso educativo, actividades que son apoyados por los padres de familia. Yo formo parte de la educación de los alumnos, pero solo no puedo, porque la educación sexual es responsabilidad de un equipo multidisciplinario encabezado por el director o la directora”, afirma el maestro José Q.M.
“Deseo ser claro en este tema, mientras haya colegios solo de mujeres y solo de varones, nunca se va a poder impartir una educación sexual integral, por lo que la educación en Bolivia no sólo es de mala calidad, sino que es incompleta, en el tema de valores, en el tema de la sexualidad y además, que se exacerba el machismo en los colegios de varones”, afirma un maestro de psicología.
Estudio de análisis, reflexión y debate
- UNICEF Y Plan Internacional, realizaron una aproximación a los factores culturales, sociales y emocionales en seis países de América Latina y el Caribe, y aseguran que las tasas de fertilidad adolescente, no han descendido en la misma proporción que las de a nivel global. De hecho, la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas prevé que serán las más altas del mundo y se mantendrán estables entre 2020 y 2100.
El estudio señala que las niñas que quedan embarazadas antes de los 18 años rara vez pueden ejercer sus derechos a: la educación, la salud, la protección y un nivel de vida adecuado. Pierden su niñez, asumen obligaciones de adultas y no siempre disfrutan de todos sus beneficios.
Este estudio refleja, que muchas adolescentes quedan embarazadas por falta de información, oportunidades y violencia sexual, que, por voluntad propia.
Las soluciones a largo plazo deben ser, abordar los problemas subyacentes, como: la cultura machista persistente en la región, la desigualdad de género, las actitudes negativas de los niños y los hombres hacia las niñas y mujeres, las normas que perpetúan la violencia y la impunidad, otro problema es la pobreza que empuja a las niñas a tener relaciones sexuales con hombres mayores como estrategia de supervivencia y la protección inadecuada de los Derechos Humanos.
UNICEF y PI, aseguran que las políticas públicas deben contemplar medidas penales contra los autores de violencia sexual, promocionar mecanismos de sanción social, ya que el estudio indica que, en muchos lugares, el embarazo adolescente y las relaciones de adolescentes con hombres adultos, son de alguna manera aceptadas por las comunidades.
Otra promoción que plantea el estudio es el empoderamiento de las adolescentes, campañas masivas de comunicación, programas sistemáticos de educación para la sexualidad que incluyan aspectos afectivos y emocionales, que “empiecen en los últimos años de la educación primaria y estén acordes con la edad, currículos y programas educativos que respondan a las necesidades y expectativas de los y las adolescentes, así como disposiciones para asegurar que las madres adolescentes no sean objeto de discriminación y puedan continuar su educación.
El estudio resalta que los gobiernos y la sociedad en general, están tomando conciencia sobre la problemática adoptando planes subregionales, políticas sociales y programas prometedores.
Aseguran que el objetivo del estudio es realizar una aproximación a los factores: culturales, sociales y emocionales que aportan a las altas tasas de embarazo en adolescentes de la región. Plan Internacional y UNICEF esperan que este documento contribuya al debate y reflexión que ya se realiza en muchos países y en foros regionales y subregionales.