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Maradona, médico de los pobres, ejemplo de lucha, altruismo y de servicio a la salud

Obtuvo su título de médico en la Universidad de Buenos Aires, en 1926, con diploma de honor. Durante sus estudios fue discípulo de Bernardo Houssay.

Hacia 1930, se radicó en Resistencia, Chaco y en 1932 se fue a trabajar como voluntario en el Hospital Naval de Asunción, durante la guerra del Chaco. Llegó a ser director del hospital, sobre el final de conflicto.

Desde 1935 y durante 25 años, vivió en Estanislao del Campo, un pequeño pueblito en el cual el tren que lo llevaba hacia Tucumán se detuvo para hacer un trasbordo de pasajeros. Allí se quedó a atender a una parturienta que se debatía por su vida y la de su hijo en un parto histórico en medio del monte formoseño. Allí se quedó motivado por las necesidades que observó.

Durante todos esos años no sólo atendió a los nativos, sino que también estudió sus costumbres e incorporó a sus conocimientos los de la medicina tradicional de los indios.

Esteban L. Maradona, conocido como “Doctorcito dios”. Foto: es-academic.com

Su vida fue un ejemplo de lucha y altruismo

Escribió libros científicos de antropología, flora y fauna. Renunció a todo tipo de honorario y premio material viviendo con suma humildad y colaborando con su dinero y tiempo con aquellos que más lo necesitaban a pesar de que pudo haber tenido una cómoda vida ciudadana, gracias a sus estudios y a la clase social a la que pertenecía.

A los 90 años, cuando los dolores de un cuerpo ya entumecido le hicieron partir a su pesar, se despidió de manera sencilla de su gente y se tomó un ómnibus para Santa Fe. Las crónicas cuentan que las autoridades lo detectaron y le consiguieron una ambulancia para que completara el viaje.

Llegó tan mal que fue necesario internarlo por un mes, y pidió expresamente a su familia que siempre fuera en un hospital público.

Casi nueve años después, pisando el siglo de vida, con la lucidez que lo acompañó siempre, resumió su vida en un párrafo cuya sencillez y grandeza estremecen:

Maradona, médico rural, filántropo y escritor. Foto: Facebook

Esta frase, expresada por el propio doctor Maradona, demuestra su entrega a la salud en favor de la gente necesitada

¿Quién es Esteban L. Maradona?

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