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La “Masacre de San Juan”, la historia “no oficial” de Bolivia

Los disparos a mansalva cegaron la vida de dirigentes mineros, obreros, familias, niños y jóvenes inocentes, quienes ignorantes a la tragedia que se avecinaba festejaban con música la noche más fría del invierno de junio con el encendido de fogatas y libación de ponches, “(…) en toda masacre muere gente inocente y también gente comprometida con la causa de la liberación de los pueblos. Uno de ellos, ni duda cabe, es Rosendo García Maisman, trabajador y militante político del PCB (Partido Comunista de Bolivia), murió cuando defendía su sindicato y Radio La Voz del Minero ubicada en la misma Plaza del minero del distrito de Siglo XX en la provincia Bustillo de Potosí”, escribe el periodista Abenor Alfaro Castillo, en su Facebook personal.

El periodista recuerda que, a 53 años de la tragedia no hubo investigaciones, ni presos que cumplan condena por la muerte de mujeres, niños y mineros disparados “por la espalda” mientras plácidamente se servían un caneladito (canela caliente con un poquito de singani) para combatir el tremendo frío de invierno de esa noche 23 y la madrugada del 24 de junio, “este hecho como muchas masacres en Bolivia, quedaron en la impunidad”, cuestiona.

Así mismo, rinde homenaje al cantautor tarijeño Nilo Soruco(+), quien compuso versos que calaron hondo en los centros mineros, con la interpretación de los Montoneros de Méndez, canción “La noche de San Juan” que se convirtió en la síntesis de la masacre y el homenaje póstumo a los caídos y asesinados, en especial a Rosendo García Maisman.

Mineros de Siglo XX festejando la noche de San Juan. Foto: Internet

Alfaro comparte esos versos que hablan de esa nefasta noche:

Han matado a mi padre

Por qué será

han matado a mi padre

En la Noche de San Juan

Temblaba de frío

En la Noche de San Juan

Cuando balas asesinas

Lo mataron a papá

Han matado a mi padre

En la Noche de San Juan

Rosendo García, minero y dirigente

Te mataron, te mataron

En la noche de San Juan/En la noche de San Juan

Los Negros nubarrones

Nos dicen al pasar

Rosendo no has muerto

Traerás la libertad

Desgarrador testimonio

Gregorio Iriarte (+), religioso Oblato y miembro de la Radio Pio XII, medio de comunicación que funcionaba en el centro minero de Siglo XX, evoca un testimonio punzante y agudo que llena la imaginación con hechos que generan impotencia y rabia. Iriarte fue testigo ocular de la matanza minera…

“.. El caso es que la CIA piensa que en Siglo XX está el apoyo principal del “Che” y que desde allí se va a declarar la guerrilla urbana y que los dirigentes andan recolectando mitas para apoyar la insurrección. EL GOBIERNO QUIERE DAR UN ESCARMIENTO EJEMPLAR, le interesa sobre todo capturar a los dirigentes.

El gobierno elige la noche de San Juan porque hay fogatas, fiesta y chupa en todo el campamento. No habría resistencia, pues. Para más disimulo, en vez de venir en caimanes y tanques, como hacen siempre que han entrado, la tropa vino en tren. (10 vagones de carga y en cada vagón 70 soldados). Calladitos se detuvieron en Cancañiri (la estación).

Los soldados tomaron posición en los cerros. Eran las 4 y media de la mañana. Todavía había algunos compadres atizando y tomando la última copa. Otros que ya se levantaron para entrar a la mina, las mujeres preparando el café y alistándose para el día.

Los soldados entraron al campamento, casi nadie se dio cuenta. DE REPENTE… EL INFIERNO. Disparos por todos lados, una balacera espantosa. Gente que iba al baño, un balazo. Un borrachito… otro balazo. Un sereno que andaba en la calle, muerto también. Y la empresa, que era bien cómplice, cortó la luz a las 5 y 10 de la mañana. FUE TIROTEO DE GUERRA.

Los vecinos se trancaban en casa, pero las balas atravesaban las puertas de madera, la calamina de los techos. Me acuerdo de Fidelia. Vivía aquí, cerquita de la Pio. Estaba esperando familia. Como todos, había atizado frente a la casa y ahora se levantaba para hacerle desayuno a sus hijos, aprovechando la sobra de la fogata.

Cayó un mortero en sus pies, la destrozó totalmente, le reventó el vientre. Y LA WAWA SACANDO UNA MANITO, NACIENDO ENTRE LAS BRAZAS, muriendo ahí mismo achicharrada, junto al cuerpo de su madre.

Nadie sabía lo qué estaba pasando ni por qué. FUE UN ATAQUE COBARDE, por la espalda. Por eso tanto se recuerda. En las otras masacres había enfrentamientos, lucha: nos matan y matamos. AQUÍ, NOAQUÍ, TODO FUE CANALLADA”.

René Barrientos Ortuño. Foto: Internet

Al testimonio desgarrador del padre Gregorio Iriarte, se suma el trabajo de Luis Oporto Ordoñez, investigador y archivista, que revela nombres de militares y policías que participaron de la masacre, número de muertos, heridos y cuarteles de donde salieron los soldados asesinos. Oporto nació en el centro minero de Siglo XX, y su trabajo ve la luz a 50 años de ocurrida la matanza de mineros y sus familias:

Estados Unidos y la revolución boliviana

“San Juan”: la masacre más planificada contra el movimiento obrero.

Familias mineras lloran a sus muertos en la “Masacre de San Juan” de 1967. Foto: Internet

Esta es la historia de la fatídica madrugada del 24 de junio de 1967, pero, lamentablemente no es parte de la historia “oficial de Bolivia”, ni las otras represiones militares a mineros, obreros, campesinos bolivianos, sólo existen breves apuntes en los libros de Historia de Bolivia.

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