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La 348 una ley la que a nadie le produce temor y prevalece el machismo ancestral

La violencia al acecho que puede convertir una sonrisa en tristeza. Foto: Bartolina Sisa

En una visita realizada a algunos bufets de abogados, se reconoce que los juristas saben el ABC de una ley, –es un mandato dictado por una autoridad, que manda o prohíbe algo-, comentan rebosantes de su conocimiento.

Es una norma jurídica que un Estado dirige a la población, para fijar qué está permitido y qué no está permitido-, conceptualizan otros. Claro, cómo no van a saber algo que es parte de su profesión.

De hecho, estas escuetas declaraciones hacen ver que los abogados tienen en su escritorio las leyes para aplicarlas cuando así lo obliga un caso que llega a sus manos. Sin embargo, la 348 no pudo ni puede parar la violencia contra la mujer, esa es una verdad incuestionable.

Es la 348 ¿una ley antihombre, como asegura el senador Andrónico Rodríguez?. Foto: RRSS

A más de una década de la promulgación de la mencionada ley antiviolencia contra la mujer, emergen voces varoniles que propalan que la Ley 348 es una norma anti hombre. En ese afán es nada menos que el senador, Andrónico Rodríguez, es quien afirma a los medios, que la “Ley 348 tiene ojos para ver a los hombres como enemigos, es prácticamente una ley anti hombres”, posición que genera un debate a nivel nacional, hasta hubo propuestas de que la norma será revisada.

Esta posición es anunciada por la senadora, Patricia Arce, de la misma línea política del senador Rodríguez, quien asegura que la 348 no sólo atenta contra el derecho de los hombres, sino que destruye familias.

El jurista, Zenobio Calizaya, plantea hacer un cambio total de los valores que tiene la sociedad. jMeCi imagen

Igualdad de oportunidades

Titubea un instante y apresurado, rebusca entre la maraña de procesos judiciales que atiende, un libro, un desgastado libro de tanto uso, es la Constitución Política del Estado CPE, hojea hasta el Art. 119.1 y lee: Las partes en conflicto gozarán de igualdad de oportunidades para ejercer durante el proceso, las facultades y los derechos que les asisten, sea por la vía ordinaria o por la indígena originaria campesina. “Esta es una norma superior”, asevera.

Y se pregunta, ¿cuál es el concepto general de la Ley 348?, para contestar: “no es una ley exclusiva para la protección de la mujer, sino también protege a la niña, niño, adolescente, los varones, que estuvieran en una situación de vulnerabilidad frente a una agresión física, psicológica, económica, patrimonial, una situación de ejercicio de poder”.

Pero, dónde hay una especie de desviación, cuestiona, que va en contra de ciertas determinaciones que prevalecen en la CPE, como el principio de igualdad. La Ley 348 sigue lineamientos y convenios internacionales como el de Belem do Pará, que da mayor credibilidad al testimonio de la víctima mujer, bajo el principio denominado informalismo, que significa que el juez o tribunal, está en la obligación de admitir cualquier prueba que presenta la víctima mujer.

Es ahí, en mi concepto, que va contra el principio de igualdad que dice la CPE, que implica que si una persona (supuesto victimario) conoce anticipadamente una prueba puede cuestionarla, rebatirla, debe tener la oportunidad de ejercitar la igualdad, pero, si la mencionada ley (348) dice que en cualquier momento se puede presentar una prueba así sea falsa, qué oportunidad tiene la parte adversa para poder contradecir”, asevera.

En Bolivia desde riempos pretéritos, según Calizaya, se ha dado mayor relevancia al poder masculino. jMeCi imagen

Cultura machista, poder masculino

No podemos perder de vista que, desde los orígenes de la civilización, incluso desde los temas de la independencia de las repúblicas como Bolivia, por ejemplo, siempre se ha dado mayor relevancia al poder masculino, lógicamente que eso no era razonable, estoy plenamente de acuerdo”, dice.

Pero, añade, eso ha dado a la tergiversación de la valía de género, es decir, que el varón es el que tiene mayor preponderancia, que se le otorga mayores derechos, por eso mismo “entre nuestros abuelos, en los antepasados había ese concepto de que el jefe del hogar es el varón, es el que tiene la razón y la mujer no, que no tenía la oportunidad de ejercer sus derechos, ser oída, que era más sumisa e incluso víctima de agresiones”, expone.

Asegura que esa situación de violencia ancestral contra la mujer, ha generado la normativa 348, que busca evitar sobre todo la violencia de género, pero, puntualiza, valiéndose de estos conceptos antiquísimos que aún perdura en la sociedad, el varón es siempre el que tiene la razón, “por eso ejerce a toda costa algún tipo de poder, que nace de un concepto de formación de valores”.

Buscar cambio de valores

Recuerda que las noticias en las RRSS, señalan que hay necesidad de cambiar la ley en cuestión, que incluso en La Paz se ha organizado una especie de asociación de hombres oprimidos, “¿qué conseguiríamos con eso, un cambio normativo, que trate de decir que no hay la Ley 348, que se la deje sin efecto o por el estilo? Pero en el fondo subyace la naturaleza humana y que no son sólo víctimas las mujeres, también hay varones víctimas de agresiones”, afirma.

Calizaya no sólo plantea cambio de valores, ni modificar la Ley 348, sino interpretar cada problema a partir de la CPE, que todos los que administran la justicia entiendan analizar e investigar cada caso particular y el acto que lo ocasiona.

Hay casos realmente dolorosos feminicidios, maltratos de tal índole sistemática, es totalmente diferente, por lo tanto, quienes estamos de una u otra forma vinculados a estos procesos de violencia intrafamiliar o doméstica, tendríamos que reclamar también a los que administran justicia, que tenga una adecuada ponderación de cada problemática y sus antecedentes, no siempre generar una teoría de responsabilidad absoluta de quienes supuestamente habrían agredido”, asevera.

Agrega que inclusive la víctima utiliza como un mecanismo para conseguir ventajas, beneficios, que va en contra de la misma CPE que es la base jurídica y social del vivir bien.

En esta parte de la entrevista, el abogado comparte el planteamiento de un estudiante universitario de Derecho, que le parece razonable, quien propuso, que las parejas antes de llegar al matrimonio, más allá de los requisitos formales para lograr ese status, deberían someterse a un estudio psicológico, un requisito imprescindible.

Cuando ocurre el problema recién se hacen los estudios psicológicos, para ver si el hombre o la mujer es el que tiene carácter violento, personalidad díscola o cosas por el estilo, porque eso manejamos en materia preventiva”, comenta.

Prosigue el jurista, en parte la propuesta del estudiante es razonable, que la pareja antes de establecer una relación ante la ley, presente un documento que haga ver una suerte de garantía, de que ese matrimonio va a marchar, ya que durante el enamoramiento la pareja muestra la buena cara, una cara gentil, bondadosa, pero las cosas cambian después de casados, florece la personalidad violenta por varias causas que a veces se arrastra desde la infancia.

El documento sería una forma de garantizar una armonía en la pareja y una armonía en toda la sociedad, eso no se ha hecho hasta ahora, no hay”, puntualiza.

Calizaya al retornar al tema de la modificación a la 348, explica, que no es sólo modificar por modificar, sino analizar otros tópicos y ver a dónde se quiere ir, qué se quiere lograr, tendría que haber un cambio de cultura y pensamiento, desde donde se genera una ley hasta el ciudadano común.

Pero “si desde arriba se desvaloriza a la mujer, al varón, cómo se puede reclamar cambios, por lo que tiene que haber un trabajo absolutamente integral, completa, tiene que haber mucha más profundidad y no solamente normas que nos puedan ayudar o perjudicar”, advierte.  

La gran responsabilidad de la educación boliviana, educar en valores a las nuevas generaciones. Foto: iisec

Al referirse a la educación, dice que debería existir una asignatura concreta que vincule a la formación de valores desde la niñez, se refuerce en la adolescencia, la juventud y la misma universidad, “no solamente debe ser una parte de la currícula escolar, sino un trabajo transversal, prevenir con la educación de la persona, pero lamentablemente, cuando se solicita un trabajo se pide un certificado de no violencia, certificado de no tener antecedentes, que eso es un acto post, no un acto ex ante. En nuestra sociedad ocurre todo eso”, lamenta.

La otra pandemia. “La violencia contra la mujer”. Foto: ONU mujeres

Violencia intrafamiliar, feminicidios, agresiones sexuales 2023/abril 2024

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