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El vicario General de la Diócesis de Oruro habla sobre el caso “Pica”, la fe, la iglesia y la pedofilia

Padre Ludgardo Ortiz, vicario General de la Diócesis de Oruro. jMeCi imagen

E N T R E V I S T A

Ludgardo Ortiz LO. – Bueno, de entrada, esto es una pena que se haya dado, aunque todavía está en investigación, entonces si es verdad realmente es una gran pena, porque ha sido un sacerdote, que en su momento él ya falleció, pero ha trabajado mucho en varias partes, como jesuita en Bolivia. Si realmente se prueba que esto ha sucedido, porque ahorita no podemos decir que son o que no son, pero si realmente ha sido así, es una gran pena y dolor para todos los lugares donde ha trabajado y por supuesto a las personas que él ha afectado en todo sentido, en moral, en fe, etc.

LO. – Pero veremos cómo se desarrollan las investigaciones, ojalá sólo sea simplemente un mal sabor, una mala, diríamos, una mala propaganda que le quieren hacer, ojalá sea así, pero en este momento no podemos decir hasta que las autoridades oficialmente no se manifiesten de que si fue o no fue todos estos hechos denunciados por periódico.

LO. – Sí, claro, hay algunas pruebas, pero como en toda investigación, primero realmente haya que probar, como en este caso, si fue realmente lo que él escribió o tal vez no, pero no sabemos, ahorita es difícil hasta que no se haga una investigación como corresponde.

LO. – Hasta el momento, gracias a Dios, no hemos tenido casos ni se han presentado denuncias, entonces no ha habido casos gracias a Dios.

LO. – En Oruro, todos los sacerdotes por el momento en Oruro tienen buena reputación, diríamos así, pero a nivel general de toda la iglesia es verdad que hay casos que lamentablemente en sombran la imagen de la iglesia, de los sacerdotes, pero también tenemos que cuidarnos de generalizar, porque a veces por una manzana podrida dañamos a todo el canasto y todas las manzanas que pueden estar en perfecto estado. Eso también diría, como pueblo, tenemos que cuidarnos de generalizar. Hay malos, puede haber malas personas que ejercen el ministerio dentro de la iglesia, pero también hay excelentes hombres y mujeres, algunos realmente santos y santas en vida que da mucho por la iglesia, por el evangelio, de todo y sirviendo al pueblo.

LO. – Esto a veces, lo triste, también es negocio, hay que decirlo así claramente, que las malas noticias o las noticias rojas son las que más se propagan, porque eso es lo que se vende, mientras que las buenas noticias donde se resalta a las personas que realmente aportan positivamente a la sociedad y a la iglesia, eso  veces se oculta, no se le da importancia que merece, entonces de esto tenemos que ser un poco críticos, porque a nivel  mundial, nuestra sociedad está pasando por una crisis moral, no solo en lo religioso sino en todos los campos, sobre todo familiar y hay muchos antivalores de la ideología de género es lo que está destrozando a la familia, entonces tenemos que tener una visión crítica frente a toda nuestra realidad.

LO. – En la historia de la iglesia hemos tenido momentos difíciles de oscuridad, sabemos que la iglesia no es solo una institución humana, sino nace del deseo de Dios y por eso la prueba es que, a pesar de tantos momentos oscuros, también hay momentos de gloria, diríamos así de la iglesia que sigue adelante, han pasado tantos gobiernos, imperios, tantos que han querido destrozar la iglesia, porque han subido y bajado, pero la iglesia sigue adelante, entonces ahí también nos muestra la mano de Dios, como dice Jesús en el evangelio: “cielo y tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.

LO. – Bueno, desde el Papa Benedicto XVI se ha tomado seriamente este problema moral, que ha habido algunos casos de sacerdotes que han cometido estos delitos, entonces Benedicto XVI ya comenzó un trabajo; el Papa Francisco lo ha dado más fuerza, por lo que la iglesia ya ha encontrado, podemos decir así en cierta forma, el camino para afrontar esta realidad y las soluciones para poder proteger sobre todo a los niños y jóvenes en todo aspecto, entonces sí se ha dado un camino, se está recorriendo un camino.

LO. – Bueno primero es, lo que siempre el Papa Francisco lo ha dicho, cero tolerancia, o sea cuando hay una denuncia ya sea en el obispado, arzobispado, en la curia diocesana, de cualquiera de la diócesis, se tiene que tomar como prioridad la investigación interna y luego si realmente se comprueba de que ha habido un delito entonces hacer la denuncia en el foro civil como corresponde, pero como dice el Papa Francisco, con cero tolerancia, dando prioridad siempre en la protección de los menores.

LO. – Si la acusación es grave, el obispo tiene que tomar determinaciones fuertes, prohibirle, tal vez que no ejerza el ministerio que está realizando, depende del caso, pero ya se toma alguna determinación mientras se hace la investigación, porque también tanto el foro civil como en el foro eclesiástico, está la premisa universal de que uno es inocente hasta que se le compruebe lo contrario.

LO. – Es verdad que lo comparamos como un oficio, una carrera más, que tenemos en la sociedad, pero el ministerio sacerdotal es un poco más que una profesión porque aquí se parte de la fe, y es el primer punto de partida, discernir si una persona tiene o no tiene vocación a la vida consagrada, porque no es solamente como un funcionario público que atiende ocho horas de lunes a sábado y luego descansa, no, es toda una vida. La persona dedica toda su vida al ministerio sacerdotal, estando delante de la gente como también en lo escondido de su casa, pero el primer punto de partida es que, sea una persona de fe, porque de otra forma si no tiene fe y lo ve solo el ministerio, el sacerdocio, la vida religiosa, como un profesión más, claro va a buscar la parte de negocio, la parte de crecer profesionalmente hasta llegar a ser Obispo, acceder, pero en este caso no, el punto central es la fe, si cree en Jesucristo, cree en ese llamado que el señor le ha hecho de entregar toda su vida, entonces la persona entra.

LO. – Bueno, es un poco que se va discerniendo en el camino, porque a primera entrada, el candidato hombre o mujer, nunca demuestra sus inclinaciones homosexuales, no pone en su currículo estas inclinaciones, entonces es algo que los formadores en los ocho años de formación, van discerniendo y descubriendo no sólo en la parte de la sexualidad también otros aspectos humanos, en la intención que tal vez tiene para abrazar la vida consagrada, ahí es donde se tiene que discernir, por supuesto en los ocho años tampoco se llega a conocer a las personas, es igual que en el matrimonio, pueden enamorar 10 años después del matrimonio descubren que son otra persona, entonces es difícil llegar a ese punto.

LO. – Aquí hay que diferenciar entre sexo y sexualidad. El sexo por el simple sexo o placer se vuelve en un vicio que puede dañar tanto a una persona consagrada como a un casado, por eso también podemos recordar que tenemos papás, tíos, personas casadas con pareja que igual cometen acciones de placer, entonces encontramos muchos problemas. La sexualidad, por supuesto todos no somos ángeles, todos tenemos una sexualidad humana, el ser humano por naturaleza es un ser sexuado, hay una sexualidad, pero ahí también entra el tema de la fe.

LO. – Yo asumo la vida consagrada, tomo la opción de no casarme, te no tener pareja, no solo pareja, sino de no tener una familia propia e hijos, por amor al reino de los cielos, por amor al ministerio, por amor al evangelio que Jesús nos plantea, entonces esa mi sexualidad, esa mi naturaleza humana, ese amor que puedo brindar a una familia propia, una esposa, unos hijos, eso lo canalizo en el servicio y en el amor que hago a la iglesia, al ministerio, a la parroquia, por eso Jesús también lo dice: “hay hombres que son eunucos, que son castrados, pero hay otros que por amor al reino de los cielos deciden no casarse”, entonces si lo definimos la sexualidad como se entrega a una familia, yo opto libremente esa energía para dedicar a la iglesia, es lo mismo que cuando uno se casa, decide que ese amor, esa entrega lo va a consagrar a su familia, se opta libremente de rechazar las otras novias, los otros “amorcitos” que puede encontrarse en el camino.

LO. – Yo pienso que primero hay que recordar que nuestra fe es Cristo céntrica, es decir, Cristo es el motivo de nuestra fe tanto de los obispos, del Papa, sacerdotes, laicos, consagrados de todo el pueblo de Dios, Cristo en el centro de nuestra fe, y si tenemos nuestra fe en Cristo los problemas y las dificultades que podemos encontrar en el camino dentro o fuera de la iglesia, tendría que ayudarnos a mantenernos en nuestra fe, porque Cristo es el motivo de nuestra fe. Ahora, si una persona dice: “por este cura, me hizo o porque me miró feo, porque me riñó, alguna cosa así, dejo la iglesia”. Entonces se le puede cuestionar y decir que tú estabas por el cura y no por Cristo. Los sacerdotes somos humanos, no somos ángeles, tenemos errores, tenemos virtudes también, cosas positivas, como toda la gente, pero vuelvo a repetir, nos entramos en Cristo, si mi fe esta puesta en Cristo entonces eso supera a todas las dificultades que vamos a encontrar en el camino.

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