- La Orquesta Sinfónica “Bolivia Joven” OSBJ de Oruro, una vez más desplegó todo su talento y maestría en la ejecución de obras clásicas de grandes compositores; en esta oportunidad, fue Antonio Lucio Vivaldi, que llegó al escenario del Club Oruro, con su famosa obra barroca “Las cuatro estaciones”, que narra una historia de la naturaleza y, como FondoNegro aprecia, la obra es un llamado a la vida del ser humano en conjunción con el eco sistema en sus cuatro estaciones, expresada en un magistral diálogo de un solista (Igor Lara) y el concierto de cuerdas y órgano (Bolivia Joven).
A veces resulta un poco complicado escribir sobre un concierto de música clásica, que es un género muy estudiado en el extranjero por periodistas especializados en este tema, el asunto es más sombrío cundo se vive en un mundo inundado por la música popular (sin desmerecer este género), que hace difícil encontrar a personas, que por lo menos amen un “poquito” la música hecha por genios de la música y ejecutada en conciertos de música universal.
Sin embargo, aunque no estuvo lleno el auditórium del Club Oruro, ocuparon los asientos gente de diferentes edades que gusta de esta clase de conciertos, algunas con sus familias, asistieron jóvenes y niños, que llegaron para deleitarse con la música ejecutada por la OSBJ y el solista venezolano, el maestro Igor Lara.
Muchos críticos consideran que la obra compuesta por Vivaldi, es un “concierto en solitario” y, fue eso lo que de alguna manera el público pudo apreciar y valorar. El maestro venezolano invitado por la OSBJ, Igor Lara, fue el solista y director de la orquesta, que recorrió la partitura dialogando con el resto de los instrumentos que responden describiendo cada una de las estaciones para remontar emociones en los oyentes.
Se pudo apreciar que, para ejecutar “Las Cuatro Estaciones” de Vivaldi, la orquesta fue organizada dejando de lado la acostumbrada estructura, ya que los violines, violas y violonchelos, además de un órgano, dialogan con el solista para hacer una música puramente descriptiva o como algunos críticos llaman música de programa.
Ahí radica la genialidad de la OSBJ de Oruro, para entregar al público orureño, un tipo de música clásica que obliga al público aguzar su sentido crítico para captar lo que cada uno de los movimientos de la obra de Vivaldi describe y sentir la narrativa del ciclo y el cambio de cada una de las estaciones: La Primavera, El Verano, El Otoño y El Invierno, cada una con sus tres movimientos.
Las Cuatro Estaciones didáctica o descriptiva
- El cuadro musical de Vivaldi, tal como explica el propio maestro Igor Lara a FondoNegro, es un concierto solista que antes no existía, “antes era por grupos y no solista, en ese sentido son las primeras composiciones descriptivas, sonetos que hablan de cada una de las estaciones. Vivaldi plasma en la música como en las películas, el malo tiene su música, el bueno tiene su otra música”, comenta.
Y añade: “aquí los pajaritos son imitados con los instrumentos, el violín dice muchas veces chia, chia, chia, como el arroyo que dice diaou, diaou, diaou, se dan los relatos, shuin, shuin, schuin, entonces es esa manera de visualizar y plasmar en la música, su manera o como él (Vivaldi) piensa, a través de la música, que debería ser eso”.
Piensa un poco y comenta que esta descripción llega al oyente y, si de repente en algún momento, no se les dice qué son las estaciones, es posible que sea algo extraño, pero si se les da un contexto la gente ya puede visualizar, porque incluso con la música moderna, música clásica, la romántica, una misma historia puede ser interpretada como veinte historias diferentes.
“Pero en la música de Vivaldi, siempre va a ser el arroyo, siempre va a ser el relámpago, el trueno, siempre van a ser los pájaros, aquí es totalmente específico”, asegura.
¿Puede ser que Las Cuatro Estaciones de Vivaldi sea un concierto didáctico?, pregunta FondoNegro, Lara cavila un momento y responde, sí, podría ser, pero la capacidad que tiene la música de Vivaldi es describir.
“Entonces, más que didáctico es mucho más descriptivo, por ejemplo, en el verano tiene notas musicales planas, nada de expresión, porque la idea es que el oyente sienta cómo el sol pega y abraza, se describe ese cuadro y nuestro homenaje es pasar de un cuadro a otro, una cosa absolutamente descriptiva”, enfatiza.
Apreciar la naturaleza
- Otro punto que FondoNegro esgrime en la entrevista al maestro Lara, es, que la obra de Vivaldi es un llamado a la humanidad para llevar una vida en unión con la naturaleza; sin dudar demasiado responde que hay algo de eso, “aunque en algunos lugares como en Venezuela (donde nací) tenemos solo dos estaciones, y para mí fue más claro cuando ya me fui a la Argentina, estoy viviendo las cuatro estaciones”, añade.
Pero sí, responde con cierta seguridad, la historia de Las Cuatro Estaciones, sirve para crear conciencia (en los seres humanos), ya que es parte de todo, es parte de la vida, es parte de un ciclo de la tierra, igualmente genera diversas emociones en la gente que escucha, porque las estaciones de la naturaleza es parte de la cotidianidad, es una manera de musicalizar la vida como en una película.
La Orquesta Sinfónica “Bolivia Joven” une al país
- Al señalar su punto de vista sobre la OSBJ, Lara indica que el emprendimiento musical de la orquesta sinfónica de Oruro, une al país, para cada concierto trae gente de distintas partes para hacer algo en común, no hay rivalidades, hay compañerismo, hay trabajo en equipo.
“De por sí en todas las orquestas lo principal es el trabajo en equipo, aparte de la dedicación, el estudio, darse cuenta de que no están solos los músicos, a nivel musical un compañero puede estar en la otra punta del país, pero en un momento podemos hacer música juntos, eso es lo más importante del trabajo de la OSBJ de Oruro”, afirma.
Pero también, añade Lara, es dar oportunidad y brindar a muchos jóvenes músicos de Bolivia, una ocasión para expandir su talento en la ejecución de instrumentos de una orquesta sinfónica, que probablemente en el lugar donde vive no hay una orquesta grande, por eso la oportunidad que ofrece la OSBJ vale oro.
Centro Cultural Becuadro CCB
- Igualmente, el maestro invitado por la OSBJ, se refiere a una de las instituciones más jóvenes de Oruro como es el Centro Cultural Becuadro CCB, cuyo director es Flavio Rosendo Mejía Oquendo, que también es integrante de la OSBJ, con palabras de ponderación, subraya: “yo estuve escuchando a los alumnos del CCB de la edad de cuatro años, seis y otros un poco más de 14 años, y vi que el trabajo que está haciendo es hermoso”.
“Tener la oportunidad desde pequeños de aprender un instrumento, es muy bueno, en muy pocos sitios tienen esa oportunidad y vi que el Flavio Mejía es un gran maestro, son pocas las cosas que les dice a sus alumnos y es más el aprendizaje y los sabe llevar, que se sientan motivados y que estudien el instrumento”, puntualiza.
Lara expresa su deseo que, el CCB se constituya en el semillero de nuevos violinistas, y asegura que así lo percibe, porque no hacen otra cosa que estudiar, bajo la dirección del maestro que tiene la paciencia y la pedagogía para que esos niños y niñas, tan pequeños aprendan violín.
“Es un trabajo hermoso en ese sentido, así que aquí en Oruro, tienen que sentirse totalmente orgullosos que exista un centro de aprendizaje como el CCB”, asegura.
Ser parte del nivel musical del mundo
- En tanto el director y creador de la OSBJ, Juan Pablo Villegas, habla de un trabajo que la “Fundación Bolivia Joven”, ya puso en marcha, una agenda futura, una programación bianual que será conocida hasta el 15 de diciembre.
“Al año tendremos dos encuentros grandes que se va a realizar en Oruro y La Paz, otro por el oriente para 2025. Estamos programando mínimo tres encuentros grandes visitando más ciudades de nuestro país, obviamente iniciando en Oruro que es nuestra base de operaciones”, señala.
Anuncia que son ideas grandes con varios músicos y directores invitados, ya que en este último tiempo han llegado a Oruro músicos de gran valía que han apoyado a la formación de los integrantes de la OSBJ, pero también han dirigido la orquesta.
Villegas indica que ha sido para la OSBJ una época de compartir y aprender, “porque al final si nos cerramos en nuestro medio como caballo cochero y decimos que somos los mejores, no es bueno, es sorprendente ver que en el mundo el nivel musical es demasiado alto, de mucho estudio, de mucho trabajo, mucha formación y nosotros queremos ser parte de eso y queremos dar oportunidad a nuestros músicos, de que primero abran los ojos entre cada región, por eso tenemos gente de diferentes ciudades con diferente formación y que comparten todo su aprendizaje”.
Apunta que el sueño de la OSBJ es establecer todos los proyectos de la fundación y poder visitar también países. Son tantos años de Bolivia Joven, 20 años de Antiqva Mvsicvm (coro) y “puedo utilizar los dedos de mi mano para mencionar la cantidad de autoridades que nos han visitado y han estado en los conciertos y, obviamente si no conoces, no apoyas y nunca podremos avanzar”, afirma.